Blogia
Pienso, luego existo

Dama oscura

Me quemo dentro de esta oscuridad. Se está apoderando de mí. Lucho, pero no puedo. Vuelvo atrás. La soledad acompañada de esa terrible penumbra. Es como un túnel, camino a través de él, mis paradas son forzosas, necesito respirar un poco, pero quiero continuar, sigo y sigo, pero no hay luz, no hay salida. Túnel de una sola salida y yo voy en dirección opuesta. Consigo desequilibrarme, caigo, pero tampoco se está tan mal.

Miro en mi interior. Ahora simplemente quiero hablar conmigo, sin interrupciones. Flores del mal, flores violetas, flores negras. Poesía oscura. Las noches son mi alivio, es ahora cuando lo q realmente me quema es la luz. Estoy dentro, sin escapatoria. Vida vampírica, lo q conlleva soledad y oscuridad. Mis ojos se acostumbran, mi corazón sigue bombeando mi sangre, pero más granate que nunca. Si mi respiración no me recordase q sigo viva, pensaría q estoy muerta.

Inmortalidad, sí, al menos quiero creerlo, pero ahora mismo no me imagino nubecitas rodeándome ni pajaritos cantando. Veo palidez, niebla, días de 24 horas de noche, ropas largas, frío, lentitud, tristeza...

Algo se me acerca. Puedo oír perfectamente mis latidos, pero no puedo oír los de la persona q se acerca. Su rostro es sombrío, sus ojos negros me miran con agresividad, su boca es una mueca desgastada por el tiempo y la asombrosa palidez de su cara hace que un escalofrío me recorra de arriba abajo. Mis pies clavados en la fría roca no tienen la intención de moverse. Un grito ahogado sale de mi garganta, pero nadie puede oírme. La altitud de mi oponente me intimida, pero su olor cercano me relaja a la vez q me altera. Ya no intento correr, sólo mantengo su mirada e intento ver belleza en toda esta oscuridad.

0 comentarios