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Pienso, luego existo

Deseo

¿Qué sucede? ¿Dónde vamos a llegar? No lo sé. Pero te necesito. Necesito tus labios, tu boca, tu lengua; necesito tus ojos, tus mejillas, tu barbilla; necesito tu pelo negro; necesito tu cuello, tus manos, tu pecho; necesito tus brazos, tus hombros, tu espalda...

Te necesito.

Estoy contigo. Cierro los ojos. Te espero. Me llevas. No quiero que este instante termine, quiero que sea eterno. Un beso infinito.

¿Por qué no puedo dejar de besarte? Nunca tengo suficiente. No me sacio. Eres mi deseo insaciable.

Me abrazas. Te siento como parte de mí. Me das un beso. Suave. Cálido. Inocente. Pero los dos conseguimos envenenarlo.

¿Pero mi corazón te siente? ¿Has tocado mi corazón? Puede que ahora sea impenetrable. ¿Serás un capricho simplemente?

Deseo. Te deseo. Creo que a veces demasiado. Te grito con el silencio.

Cuando intentas seducirme, algo dentro de mí te echa, te empuja, no quiere verte. Pero acabo rindiéndome a ti, a tus besos, a tus caricias, a tus palabras.

¿Me harás daño? Puede que sí. Yo lo hice a otros y otros me lo hicieron a mí. Alguien saldrá herido. Dolerá. No queremos vernos realmente. Amor esporádico. Mente en blanco cuando nos separamos. Pero acabamos en el mismo punto. Siempre. Algo nos llama. Nos llamamos mutuamente. El deseo. Maldito deseo. Culpable de todo lo que pase. Culpable de todo lo que no pase. Deseo. Simplemente el deseo. ¡Apágate! ¡Déjanos en paz! ¡No nos contamines!

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